
Regulando mi ansiedad frente al Covid 19
Centro de Apoyo y Desarrollo Personal y Profesional
¿Te ocurre que durante el tiempo de pandemia causado por el Covid-19 te encuentras experimentando un estado de inquietud o alarma constante?
¿Sientes que tu cuerpo se agita o activa con mayor facilidad, aun cuando no te encuentres comentando o viviendo directamente un hecho relacionado con el Covid-19?
¿Consideras que últimamente te angustias con mayor facilidad frente a situaciones adversas?
Si la respuesta es afirmativa, al menos a una de las preguntas realizadas, entonces es muy importante que conozcas el impacto del Covid-19 sobre tus emociones, lo cual te permitirá absolver tus dudas e inquietudes e iniciar el proceso de desactivación corporal, en salvaguarda de tu salud mental.
La llegada de lo desconocido
Durante el transcurso de los años el ser humano ha transitado por un proceso de evolución constante y sabemos que dichos cambios han traído consigo consecuencias emocionales de diversa intensidad, de acuerdo con la percepción individual y social mantenida.
Lo cierto es que, estos cambios suelen ser inesperados e imprevistos y, en lugar de experimentarlos con entusiasmo y optimismo, tras concebirlos como una suerte de reto y crecimiento, ocurre muchas veces lo contrario, solemos sentir desesperanza, preocupación, vacío y mucho temor; puesto que, va en contra o destruye el equilibrio que tenemos y al que nos encontramos acostumbrados, razón por la que tratamos de compensarlo, en lo posible, con la idea de que este cambio situacional “pronto va a pasar” o “llegará a su fin.”
El problema se presenta cuando este cambio no transita con la rapidez que esperamos, y, lo que percibimos son los cambios en nuestro organismo, como tensión en nuestros músculos, transpiración en las manos o el cuerpo, aceleración del ritmo cardiaco, dificultad para respirar y, en casos extremos, esta angustia es evaluada como la evidencia de que se avecina el suceso tan inesperado de la muerte.
Dicho estado emocional, que se encuentra acompañado por cambios fisiológicos que preparan a nuestro cuerpo para defenderse o huir del peligro, ya sea si esta situación es real o imaginaria, se denomina ansiedad. Aaron Beck, psiquiatra estadounidense fundador de la Terapia Cognitiva, refiere que la ansiedad constituye una respuesta emocional ante situaciones que la persona percibe o interpreta como amenazantes o peligrosas, como resultado de falsas premisas generadas.
Una nueva amenaza acecha
A finales del año 2019, el mundo se enfrentaba a algo poco conocido, un virus nuevo que se dio a conocer como el SARS CoV-19 o simplemente Covid-19. Para el año 2020, con la llegada de la nueva pandemia, los gobiernos del mundo instauraron una medida poco usual para la época, que restringía la libertad de tránsito, generando disposiciones que obligaban a los ciudadanos a permanecer en un estado de confinamiento en sus hogares, aislamiento que implicó quebrantar rutinas y el estilo de vida ordinario.
El virus fue catalogado como una suerte de ruleta rusa, donde podrías no experimentar síntoma alguno (asintomático) o padecer los síntomas con tan aguda intensidad que conllevaba al ingreso a un centro hospitalario. Sumado a los efectos de dicho enemigo invisible Covid-19, se presentaron las inevitables muertes de personas cercanas como familiares, amigos o algún conocido. Progresivamente, los casos de infección fueron incrementándose con mucha rapidez, generando la incertidumbre ante la posibilidad de contagio personal o de algún ser querido.
Todo este conjunto de situaciones adversas y desconocidas propician la posibilidad de que nuestro cerebro disponga de un estado de alerta, activándose los cambios fisiológicos en el organismo ante el peligro latente, así como el cambio en el equilibrio de vida con el que contábamos antes de la pandemia y que no sabemos si en un futuro próximo volverá a ser similar.
Lo único certero que tenemos ante nosotros, es que nos encontramos experimentando un estado emocional de ansiedad ante el Covid-19 y que si no contamos con las técnicas y herramientas necesarias de afronte, adicionalmente a la posibilidad de contraer infección a causa del virus, peligra nuestra salud mental, por lo cual resulta relevante y urgente contar con toda la ayuda profesional psicológica para mantener o restablecer nuestro bienestar personal.
En este artículo explicaremos brevemente una (1) técnica de desactivación corporal, que permite el restablecimiento del equilibrio en el funcionamiento físico, generando un impacto positivo en las emociones y salud mental en su integridad.
Se trata de la respiración diafragmática, una técnica que permite concentrar una gran cantidad de oxígeno en los pulmones, favoreciendo su limpieza y ventilación. Asimismo, activa la respuesta de relajación en el organismo, estimulando el bombeo cardiaco adecuado, así como la circulación sanguínea. Genera un efecto de masaje en los órganos y promueve el adecuado tránsito intestinal.
Su modo de ejecución es práctico y se puede emplear en diversos momentos y ocasiones; sin embargo, su aprendizaje requiere de concentración durante un tiempo específico y constancia diligente a través de la repetición, considerando que cambiaremos el hábito de respirar a nivel torácico.
En la etapa de ejecución, se debe considerar el registro inicial del pulso y del estado de relajación, que se constituye en una evaluación asignada en la escala creciente del cero (0) al cinco (5), de acuerdo con el nivel de relajación experimentado. En seguida, corresponde acomodarse en un mueble cómodo, correctamente sentado y colocar una mano sobre el abdomen, a fin de verificar la correcta realización de la técnica. A continuación, sea con los ojos abiertos o cerrados, si requiere de mayor concentración, corresponde inspirar contando mentalmente cinco (5) segundos, verificando que la mano pegada al abdomen se eleve. Luego, mantener el aire durante cinco (5) segundos y, finalmente exhalar durante siete (7) segundos preferentemente. Repetir dicha secuencia durante cinco (5) ocasiones como mínimo.
Una vez finalizada la secuencia de cinco (5) ejercicios por vez, se requiere nuevamente la toma del pulso y la evaluación de relajación en la escala del cero (0) al cinco (5) dentro del registro dispuesto para tal fin. Cabe señalar que, una vez dominada la técnica de respiración abdominal, puede acompañarse de otras técnicas relacionadas o efectuarse en posiciones diversas como recostado, de pie e incluso caminando o en una situación cotidiana, dado que su efectividad se encuentra científicamente comprobada para su ejecución en los momentos en donde se identifique la activación fisiológica propia de los estados de ansiedad. Así, tras escuchar una noticia desagradable relacionada con el Covid -19 u otros, presenciar un hecho insólito o tener un recuerdo que propicie la activación, será el momento idóneo para su ejecución.